otra verdad que no es
la de la ciencia.1
He consentido a él, al poema.
He cedido a la palabra organizada
la comprensión de aquel fulgor, de aquel
impulso primero que
arde en la frente, en el instante.
Y
acudo a él como a un remedio,
como a follar o a comer,
con la misma frustración de saber
que nada será suficiente ante ese
movimiento.
En algún momento tendré que meditar si
solo la desaparición es la meta, o
quizá, su único sentido sin dirección,
si ese fulgor
ya es el poema,
germen que se expande y
acaba,
y si ese poema al que consiento no
es más que un vano sacrificio ante
aquel brillo inabordable,
ya infractor, ya penado.
nota.
Creo recordar que, en los comienzos del arte
conceptual, era una base primera no fabricar
objeto, sino, simplemente, anotar la idea
para escapar de la fetichización del mercado,
de la sociedad, como mercancía.
Inútilmente.
1 de Lo imposible, de Georges Bataille.
El germen de poema es una expresión de Michel Surya (constituye su verdad el no poder renunciar a la obra a partir del momento en que se ha consentido a ella), de su libro Georges Bataille, la muerte obra.