Exterminate them all!
US
—Walter E. Kurtz-
cristalino,
definitivo, un diamante puro
en su interior he visto,
con melancolía, mil dientes continuos
centurias de asesinos
evaporando familias con su fuerza legal,
el canto de sus genes asaltado por enemigos
aún más temibles
no conozco las palabras para invocar
al espíritu necesario, si existe,
oh dios de este refugio camp,
oh corazón atribulado, mierda,
su instinto ama el pensamiento inoculado
y repudia las palabras de reprobación
como niños, provocan una guerra moral
y un disparo, un disparo dividido
en perfectas balas de cristal a través de sus límpidas frentes
silbando en el amanecer del sinsentido
de cara al torrente, rompiendo su natural ser
—una abuela dice oh Dios mío
mientras mea en un montón de tierra quemada—
sí, soy consciente del
puto monstruo que somos,
entrenados por cuadros especializados que hemos elegido,
consciente de que hemos abandonado la verdad por
más obvios apetitos, inmorales unos,
inmorales todos
sí, estoy bajo el hechizo,
rogando por un último viaje.
Siguiendo el monólogo de Kurtz en Apocalypse now, y escuchando en bucle la canción Seventy-Six, de Vennart, a la que pertenecen los dos últimos versos, parcialmente, también, manipulados.
Camp: sensibilidad cuya esencia es el amor a lo no natural: el artificio y la exageración, del mundo en tanto arte y artificio. Notas sobre lo camp. Susan Sontag.