solemne anomalía del nombre, oscura convicción
inseparable del yo
y el aura arraigada en carne,
en canal confuso,
en conflicto con el tiempo y el peligro de extinción
en el borde de la cosa, frontera de ser,
oscilación
de un personaje en la profecía de la muerte,
en la piedra escrita como un espejo
tatuado, raspado
y definitivo atavismo
la destrucción de un rostro que
nada puede contra la historia y su filo
repetir en un eco más que ensordecedor
la mísera palabra
obsesivamente retórica
evocadora de una hoz de piedra
que socava el lamento de un gruñido remoto,
que confirma la existencia en la razón
lógica y desencanto del espejo
la inocencia perdida
resbala en cada convocatoria del ser
ante el frío desolado
ante el último intento en el blanco papel
para ser redimido
miro asombrado el patético espectáculo de una joven mujer grabándose con el móvil,
sus muecas y aspavientos de baile y triste felicidad social, red de futuros suicidios
síndrome de soledad lógica y valor de cambio
escuchar tu nombre,
y sentir el extrañamiento ante esa ficción en boca de otros,
rudimento,
oscura convicción es anomalía.