a Leopoldo María Panero,
Prueba de vida
esa lengua liberada
que reparte hostias como un boxeador sonado
al aire hueco de la conciencia
como un mono ebrio destilado
como un loco en su lavadora
esa lengua soberana
no se ciega en la hoja
su saliva negra es fluida
y su letra tiene la rebaba roja
y como la torre de alta tensión enferma
en mitad del páramo
crepita estrellas blancas que no conducen a dios
y sí proceden del abismo
entero de la boca
esa lengua liberada
es cola cortada de lagartija
segunda vida sin filtro, cerebro sin pausa, incluso
un ciego jugando a la gallina vidente
o Bannister disparando a los espejos
como aquel púgil sonado que escuchaba ecos
de su respiración,
y respiraba
sacude, oh Padre, la ira de tu ser muerto
tu Prueba de vida empero
tu pecho
tu tiempo,
la ceniza de tu boca será tu nombre,
tu rastro en el páramo
bajo el ciego viento