a Francisco Miguel y Syra Alonso.
Y también a Luis Huici...
El eco repite mis palabras inútilmente
es un espejo de piedra con rostro humano
perdidas en nubes de electricidad
en las noches de verano, en el ruido blanco del orden,
oigo a veces frases, voces,
jadeos de perro y abejas volviendo al panal cansadas
redacto mi pliego de descarga
eyaculo sobre la página con más placer que vivo
con lo ojos abiertos y una lúcida intuición
si algún guardia del laberinto se duerme, borracho,
avisaré al mar.
Nadie me ha engañado, aún menos su ricacha libertad
Ahí está escrito, esa es la comarca,
lucía con toda su cabeza un vórtice de suerte
de quién es mi voz?
de quién son mis manos?
de quién el velo en que enredar la muerte?
Francisco Miguel:
colapso cardíaco, pero o cranio desfeito a culatazos e as mans
serradas ou curtadas a machado1
Hoy, como entonces,
los guardias son siempre ciudadanos modelo, honrados.
1 De un artículo de Arturo Casas acerca de Diarios, de Syra Alonso, compañera de Francisco Miguel, y siguiendo el artículo de Daniel Salgado sobre los mismos Diarios, en Diario.es.