construido de forma melancólica,
desplazado,
caminando por la acera tan despacio
que el suelo apenas tiene tiempo de desaparecer,
el aire duro de la mañana
las miradas caídas del trabajo,
todo ralentizándose,
otro mundo más lento expuesto
en el doble plano de la cabeza y los pies,
interminable melancolía, quizá sustancia
quizá, la vida
cada detalle del zapato arrastrando el suelo,
llevándoselo frente al brillante escaparate
ah, la felicidad de los maniquíes
y su tiempo diferente, insondable
mirando fijamente el ruido blanco de la calle
al otro lado del cristal,
tan rápido que apenas pueden recordar
si están gagá o de moda,
héroes sin tacha, vivimos sus vidas
en el mar transparente del espectáculo