I
evolución de las especies,
fluidos del macho y la hembra,
en la pérdida de la conciencia
en el ser, en el ojo interior
continuidad en sí mismos,
espejo sin fondo
por un instante sin fondo
un mar disperso,
y despertar de nuevo
a la discontinuidad
mente ciega,
la luz
II
semen arrojado a la boca del óvulo,
la vida me separa
y araña en su ramaje mi ojo,
me deforma y construye, me nombra
antes de nada me nombra
después de todo, me estrella
lanzado escupido
hacia el salvaje vacío
exterior,
baldosas blancas de Oz
voy dejando mi huella en el polvo
lento caracol
mi olor en las pieles, paredes y escenas,
en vidas paralelas
encrucijadas,
perdiendo y ganando cada día
una parte de yo,
de eso que decimos yo,
amasijo y
ficción,
palacio esmeralda
III
acelera la evolución
la vida en amplia curva hacia la tierra,
idealmente, desnudo
la tierra espera
bajo la hojarasca del otoño
la nueva primavera
la nueva transición,
de nuevo inconsciente
de nuevo mudo
ciego para ver, de nuevo
idealmente, el horror
de ser compartido deglutido
interpretado devorado en la tierra,
en la unión de los elementos sin manos
caída la aceleración,
punto y seguido, poema
IV
en cada paso, en cada huella,
la idea
el cruce o el roce
la semilla
conciencia inconsciente
la palabra es tinta que vela
envuelta en convención,
idealmente, el genio (ver RAE)
la decisión
el deseo que me creó
—hincar un dedo en la tierra húmeda,
lentamente—
y meter y sacar, meter y sacar
hasta vomitar
la palabra AHORA,
meterse los dedos, anorexia sobre la página,
el extremo filo de la muerte
quizá bidimensional, como
el arcano sin nombre, tan mal interpretado,
siega las palabras
revolución
la palabra arañada, construida,
deformada por los ojos angulares
de historias paralelas, semejantes
diferentes,
leída e interpretada
—tus ojos se follan mis palabras—
para dar comienzo una nueva transición
a otro ser que no es nada,
poema
V
cristal y espejo
reflejo y penetración, mezcla
y disolución: continuidad,
idealmente, consciencia,
ficción