Emily tras la puerta
entreabierta
espera
—sueña—
que dejen de caer piedras
en los ojos del lago,
que el suelo no sea necesario
y el cuerpo
desaparezca;
solo sus ojos en la alcoba
bajo el piano de hierro
del día a día
bajo la voz eterna y dulce
de la melancolía
como un cuchillo corta el aire
y barre la habitación
la música llega a tus ojos, Emily,
como una mano se hunde en el lago
sin preguntas
haciendo batir las alas
de lo inalcanzable
sin respuestas,
dejando su alma colgada, en vilo,
de un presente sin nombre
de un espejo ciego,
Emily espera
estoica
en la corriente del día
del año
del siglo,
ay, si no esperaras, Emily,
tras la puerta entreabierta
el vapor que vive entre tus ropas
y solo allí permanece