qué espeso el silencio
que se derrama por las paredes
bajo las pinturas y el calendario
qué riguroso el ángulo de su baba
y la tensión de sus doseles
corre por el aire callado
rompiendo el oído del tiempo
la hora encerrada en el reloj
y el espejo sin fondo de los retratos
salpica las manos su austeridad
limitando la certeza del ahora
abreviando las palabras del hastío
cuando, rojas, las paredes se abren
el silencio está en su vacío, abierto
como la sangre en la vena
y la caspa del tiempo se desprende
enturbiando la mirada
¿qué hay tras el papel pintado
de una vida de trabajo!
que hable el perro de una vez
sobre la perra
que hable el hombre caído y enterrado
cuando el tiempo se rompa y
el espacio desaparezca
la lengua será carne de gusanos
el silencio está en ese abismo
entre el muro y las palabras
en el filo de la sangre seca
que un día tuvo nombre
y hoy
hunde su raíz en la tierra muda