en un vértigo de dolor y de ternura
Lois Pereiro
es algo más que un día, Lois,
un año con tu nombre,
como un carillón colgado al cuello,
como la marca al fuego
en el pecho del poema,
calcinando las palabras y el latido,
como una falta de aliento más,
la memoria está en la boca
—quizá no estés de acuerdo—
el cuerpo ya murió, torturado
en el albañal de las patrias
—nos aprovechan como marranos
y nos besan bajo tierra—,
todo lo que se pudo expresar
cayó del verde acantilado, y el azul
de la obscena vida
de la sangrante mentira,
la democracia de bien
supura
todo cayó, empujado
en un vértigo de dolor y de ternura
Lois, tu nombre
en boca del mediodía, la gente
resbalando
como maderos que apuntalan
un año que pasa y no más,
poesía última de charoles y azucenas
manos hundidas en el mar
la fama que es ya olvido, del fondo,
como una piedra pómez que
no puede hablar
queda la poesía, sí,
pero a costa de muerte
al final de la tierra, en el acantilado verde,
a punto de caer, cayendo
al deglutir eterno del capital,
¿qué son las palabras sin tu boca,
Lois?
¡Lois!
qué son las palabras sino la ceniza
de tu memoria contra las rocas,
y contra al mar
destellos de vidrio en la torre
partout le feu
Oiseaux-Tempête