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Construktion ficticia, o no


La permanencia de las cosas
— y su duplicidad en los espejos—
¿es acaso el ciervo esa felicidad que a nadie
hiere, es aún el corazón
el centro del palacio de invierno?
              es tan frágil
el nombre que todo lo atraviesa con su lengua
en un disparo incoloro o
una traición aún no descubierta, aún exangüe
el aire que escapa de tu pecho

que nadie dirija la mano que
en el muro escribe con tiza:
esta flecha no es para ti, amor, tampoco
este cordero,
      pero aquella ceniza que el fuego
dejó en la tierra
finalmente desapareció
como lo feliz del palacio y su centro
o el abrumador latido del corazón del ciervo
ante la repugnancia de la vida que
sin embargo —sin vergüenza
reniega de su destino,
esa,           esa sí es para ti,
enturbia tu sabiduría su velo.

siguiendo Destruktion ficticia, de Teoría, de Leopoldo María Panero.