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Balada de los días caídos

—poética—

La belleza que un filo en el ano despliega
el nido del hombre es el aliento
Dios perfecto armado en el poema
pájaro buscando insecto en el beso
martirio en la oscuridad para el soldado
mujer que suplica de rodillas tiniebla
susurro en su cabellera de estrella, saliva
con que el hombre quisiera clavar el tiempo.


Lloramos donde la serpiente prefiere y ama
y tú, mañana,
profanarás la página con los dientes
por no saber atravesar la piel del poema, con
la lengua polvorienta que la sombra ofrece.
Azul, Berenice, es el firmamento esta noche,
y yo, como un mono ante la ceniza, tiemblo
frente a la resurrección de lo muerto.

Siguiendo el diccionario de Poema social o reivindicación del mono, de Leopoldo María Panero.