I
por la superficie corría el animal
saltando sobre haces de luz y roca,
aventura de una noche dividida
en resplandor y sueño,
el juego de las palabras caídas
bajo el ropaje de las sombras,
abierto el pecho al invierno y
la niebla en su boca, su frío,
la luna roja del horizonte
es la carta que volteó,
el infierno que sube a la superficie
para abrir los ojos que duermen,
cae a mis pies como baba,
como escoria de sol, nocturno y seco,
y dibuja mi cuerpo contra el asfalto
en un charco de plomo
hace siglos me perdí
en un paraje como este,
sin luz al final ni estrella en medio,
oscuro de amor y odio, un sapo
sin glosa ni revuelta,
negro como el barro negro
como la misma ceguera del animal que corre,
que abre la dura frontera de la noche
y las luces largas le queman,
y las palabras caen como estrellas
de cristal entre los dedos,
un revólver y sus balas,
afilando mi corazón virgen suicida,
para ser el animal espeso
que aparece contra la noche,
contra la sangre
y contra la vida
la luna roja avanza
en la soledad del templo que un día fue cueva,
ciervo, perro y palmera hablan,
un péndulo de muerte baila
un ojo enorme,
un animal manchado de luz de velas
que en la corriente helada de losas
grita, en silencio, su nombre de vivo,
y dice:
“¡héme aquí!,
guerrero de vida, amante de muerte,
como una alimaña vivo en la roca
y nada quiero saber de lo humano
porque viví en su cárcel que llaman vida
”de noche salgo,
junto al manantial
escondido bajo mis alas,
alucinado,
y es verdad que en ocasiones
he encontrado tierra dura, sin vida,
áspera lengua de perro,
y que en su frontera quedo suspendida,
como un péndulo me balanceo y
aguanto la respiración, y corro,
y una llama repentina me deslumbra
y su piel roza mi cuerpo,
eriza mi pelo y mis huesos,
y oigo un grito desabrido
”y luego todo desaparece,
y vuelve la oscuridad, el silencio y la hierba
a su sitio”.
II
veo el tiempo oscilar en la caja de madera,
su relojería de clavos y su rueda de escape 1,
el corazón lento y paciente,
y en la tapa, coloreado, mi retrato
–anonymus me fecit– 2
que dirá:
‘o mors bonum est tuum iudicium’, 3
y también:
‘tota vita discendum est mori’ 4
¡ah, qué blancos serán mis huesos desposeídos de la palabra!
¡qué silencio hermano el del péndulo parado!
¡qué invierno más limpio el del último día!
¡qué vida transparente la del río congelado!
animal sin huella que hablas en este páramo
el turbio idioma de la locura,
tus pies son tu alma, los míos
y la hoja tu corazón ovalado,
pierdo la palabra en tu presencia y
quizá también perdí la vida,
–eso no lo recuerdo–
oigo el eco de tu voz en mi cabeza,
en la caverna de la caverna,
y la soledad no me explica si estoy vivo,
si tengo garra o mano
si soy animal que corre,
o alma perdida en un bosque de palabras,
arañada en la noche pasada
a la intemperie de la soledad
nadie dice, porque nadie hay,
qué es lo mío, qué es lo tuyo,
si huelo a tierra o a heces,
o si mi canto es digno de alabanza
cuando aúllo a la luna roja del espíritu,
el pulso del péndulo me imanta
sobre las losas y los caídos,
junto al frío lúgubre de las estatuas
bajo mi bóveda nervada,
y cierro los ojos y huelo
la vida huir bajo las lápidas,
la palabra desvanecida en el eco de las piedras
y el orín que ayer dejé en la pilastra
aunque abras los ojos
será de noche,
porque siempre es de noche,
animal que corre,
pero cuando hayamos devorado nuestras almas,
ya no seremos ni humano ni bestia 5
nuestra huella se la llevará el viento
y hoy y todo será nada,
y menos,
la eternidad vive en un instante,
amado
1 El escape es el artefacto de la mecánica del reloj, que convierte el movimiento rotatorio continuo en uno oscilatorio, regulando de manera precisa la entrega de escala del tiempo. El corazón del reloj...
2 "anónimo me hizo"
3 o mors, bonum est judicium tuum homini indigenti et quid minoratur viribus, defecto aetate, et cui de omnibus cura est, et incredibili, qui perdit patientiam! Eclesiastés 41:3-4 ”¡oh muerte, buena es tu sentencia para el hombre necesitado y carente de fuerzas, para el viejo acabado, ahíto de cuidados, que se rebela y ha perdido la paciencia!"
Esta frase en latín y la siguiente están tomadas de las pinturas del catafalco de la iglesia-museo de la Santísima Trinidad de Atienza.
4 vivere tota vita discendum est et, quod magis fortasse mireris, tota vita discendum est mori. “aprender a vivir lleva toda una vida y, lo que puede parecer extraño, lleva toda una vida aprender a morir.” Diálogo de la brevedad de la vida. Séneca.
5 Variación de la frase una vez haya devorado tu alma, no seremos ni humano ni animal, extraída de la película Tropical Malady, de Apichatpong Weerasethakul.