YO SOY LA MUERTE
yo soy la muerte
laureada
ensalzada en la piedra con honores
yo he sido elevada donde nadie me toque
donde nadie me toque
nadie me toque
tengo todos los premios y alabanzas
seguridad propia
y obras para el futuro
–futuro, para que tú me entiendas, es lo de después,
porque para mí siempre es ahora–
me gustaría cabalgar sobre un caballo blanco
como mi hermana
sonriendo y con el pecho al aire
y confiando al animal el camino
dejar de ser tan seria
y sentir las crines en la cara
y entre las piernas su espinazo
con el pecho al aire
quemaría entonces todas las vallas
y todas las palabras y los murmullos
en una hoguera que cegaría mis ojos
con el calor de su verdad
¡suelta mis ataduras
erbame dich1
abre mis ojos!
a esa luz que tú ya no valoras
y deja que el sol circular
queme mis pupilas redondas
no quiero estos privilegios de piedra noble
no quiero el terror del desconocido
no quiero ser propiedad privada
no quiero trabajar
tengo un temblor negro en mi pecho
que es, para que tú me entiendas,
como tu enamoramiento
un loco que vive en mí
y se revuelca en la vida
como un puerco en el lodazal
sería entonces una con la vida, mi hermana
y podría morir cuando quisiera
bajo las patas de su caballo blanco
1 ten piedad: de la Pasión según San Mateo, de Bach.