ORÁCULO
—a Juana Dolores,
ira y poesía
como el polo magnético de un hierro
incandescente
es tu nombre
improbable cierto y rojo, inverosímil
amor de madre que corta el cuello
como el espejo roto, en el baño
de carretera
en que cuento los billetes,
oráculo es mi presencia en el espejo,
en ese y en cualquiera,
oráculo es mi tendencia
y es tu nombre
el fin de lo ordenado,
capa de estiércol donde la vida nace
palabra dibujada en la tinta
en que el ego se consuma
y muere
cómo amar el presente
si es repugnante,
cómo asumir la forma del asiento
en una cabeza sin forma,
cómo no desear la muerte del culpable
si sería tan hermoso verle morir,
oráculo es el lugar donde redimir
y el resultado,
el polo magnético de un hierro
incandescente
en que mi mano se abrase y tus ojos
se ensarten
como carne de camello o, mejor,
de intoxicado,
catifa vermella, sanguina
en que mi rostro desfila, y desaparece
al fin