NICHEVÓ, KAIYÚ
kaiyú, me mirabas,
tanto me mirabas que
acabé siendo yo
la mirada
nichevó,
no importa kaiyú
hay prados verdes en tu vientre
no te maldigo
tu corazón es voluntad
y bajo la lluvia es aún mejor
el agua sube
y cuando no puede subir más
tú apareces
no es una trampa
no miento
nichevó,
ese ruido se ordena solo
como heno cortado bajo el viento
y cuando deja de soplar
tú estás
poesía y pensamiento
un corazón que se regala
café y pastel
a la luz de un domingo cualquiera
pero lejos,
siempre lejos, kaiyú,
de la mentira
no me abandones
tengo que darme prisa,
las miradas pesan y
cada vez hay más luz dentro
que fuera
kaiyú
tú eres
el cielo estrellado
ni siquiera yo,
nichevó