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Carte f à jouer

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CARTE f À JOUER


Vuelves del trabajo,
rebozada en el oro aparente por el que te cambias.


No eres más que una carta en un juego donde no decides nada,
atada, reducida, usada.


Pero,
la conciencia se eleva desde tus pies, inmóviles,
hasta tu cabeza, girada,
en el alba del acto que te dé nombre.

Arqueología de una imagen


El título original, que aparece en la hoja del bloc, es Después del trabajo. Recuerdo "carte f à jouer" como algo referente a esta imagen, pero esas palabras parecen perdidas en en mi memoria. Intento reconstruirla:

Podría ser:
f por femelle: carta femenina para jugar, mi ánima (?!), mi proyección como trabajador, como creador.
f por la forma del cuerpo de la mujer de la imagen (?!)


… y ese regusto conque esta recortada la silueta de la nalga izquierda…


también:
– carte de séjour de membre de la famille d'un citoyen de l'Union (permiso de residencia de un miembro de la familia de un ciudadano de la Unión):
el poder me da permiso para existir.
– cartier (la imagen pertenece a una publicidad de esa marca de lujo): fabricante o comerciante de naipes, cartas para jugar. tie: amarrar, atar, anudar, atadura.

Al pensar en la imagen como carta (naipe), por cartier, pienso en el as de oros y en la sota de oros. Me quedo con la sota (paje) por mayor parecido. La sota es un hombre (paje), pero yo siempre di por hecho que era una mujer, por su nombre femenino.

– sota (DRAE): del latín subtus, debajo.
1. En la baraja española, cada una de las cuatro cartas que llevan un paje o infante.
2. Mujer insolente y desvergonzada.
3. Persona que finge no saber o no conocer.
4. prep. desus. Debajo de, bajo.

Busco el paje de oros en La vía del Tarot, de Alejandro Jodorowsky: "Me identifico con la tierra, con el planeta entero. Parto hacia incontables caminos. Voy tanto hacia la acción como hacia la recepción. Como todo terreno sagrado, contengo un tesoro que podría impedirme avanzar mientras lo mantenga secreto, enterrado, inutilizado. Ése es el peso de todo el pasado. Pero, al mismo tiempo, elevo a las alturas lo mejor de mí mismo, que no es sino lo mejor de la materia: ese oro que es la esencia del ser. Las riquezas que guardo se acumulan, inutilizadas, sin producir fruto alguno. Las riquezas que elevo hacia la Consciencia prometen la transformación de la materia en espíritu. Puede decirse que en mí empieza la obra alquímica con sus dos procesos simultáneos: materialización del espíritu, espiritualización de la materia. Estoy en el alba del acto, mas no en el acto en sí"