SHE IS ALWAYS AND NEVER THE SAME
Atrapada, desnuda, multiplicada.
Cada aparición es diferente de la anterior.
Miras desde el mismo lugar, al fondo de un gran blanco,
donde será colocado lo que más convenga.
Estas condenada.
Podríamos decir que no existes, si no fuera
por el recuerdo,
por la sensación de una primera vez,
quizá un engaño,
una mentira sin paredes ni suelo,
un clavo de aire en la memoria.
Busco las diferencias, las sutiles,
y es como compararte con el insensato paso de los días
o el húmedo crujido del agua.
No es ese el problema.
Estoy condenado a mirarte y no verte.