LE PREMIER PARFUM
La esencia de la flecha es la dirección,
aromática niña-mujer,
refugiada de espaldas en un árbol verde,
en un cuento de hadas inflamable
lleno de sombras de regalíz.
Tu cerebro vaporizado es una cáscara,
un crustáceo con notas de jazmín y praliné.
y en esa nube, tiempo y aura se diluyen,
¿cómo hacer tolerable el simple ser?
Los nimbos avanzan detrás de tus ojos
y bajo su rica paleta de inciensos,
un suspiro, un buqué magro, sin gorduras,
te nombra y confunde,
te enerva como un orgasmo.
Hilo a hilo te deshila en primavera,
más allá del gusto y la feminidad,
y en la cabeza, una rosa
de párpados tristes y relente apretado,
dice: "Jodetualé".
La flecha del tiempo es inexcusable:
bañada en vahos animales, vegetales y minerales,
atraviesa el árbol… y tu espalda.
Ahora sí.
las mariposas no existen,
¿ves?
Porque no hay escapatoria al tiempo, a su flecha unidireccional, al perfume natural que nombra sus pasos y tu final, tan incompatibles con el mercado y la democracia...
Pero, princesa, no te preocupes, en los vahos disneycos de este perfume que te vendo está la juventud, agazapada como el genio, la belleza sin límite, la feminidad sin tregua. Una sola gota te alejará de Ötzi, el pobre Ötzi, que murió hace 5.000 años de un flechazo por la espalda, confundido en la naturaleza, revelado en el hielo.
Tú nunca olerás como él, princesa.