IN UMBRA VENERIS
ciencia patológica
la carne despedazada por el ojo y la memoria
perdida en la boca,
en el silencio de la palabra
la imagen de un cuerpo olvidado,
el desplazamiento de su carne desnuda,
el fin de las hostilidades
y el comienzo de la pena y los colores
¿quién está ahí, quién eres tú?
¿qué resta de aquellas manos que cortaron la pasión?
líneas, manchas, acuarela de saliva,
axilas inodoras, sobaco afeitado
y un perrito faldero,
tinta de calamar para escribir mi nombre
en ese pliegue donde quise meter el dedo
como jesucristo en la llaga o isidro en el pozo
hasta el fondo y restregarme
y mojarme entero
como un perro bajo la lluvia
que no desiste en la queja y ladra al tiempo
cómo pasan los días, dice,
cómo huelen los cuerpos
el sol alumbra como de costumbre
pero mi calor no es suyo ni de lejos,
el mío ante tu presencia
ha deshecho las rejas del calendario,
ortogonía,
—agonía de lo ortogonal, del orden de la rutina—
pasión con un cadáver a cuestas
subiendo tu monte, venus,
resbalando en tu vientre charcos de flujo y baba
rompiendo la rodilla ante tu bandera,
tengo hiel verde en los labios secos
y animadversión a las flores y las plantas,
la justicia de las nubes y su condena espero
oh venus, ¿porqué me has abandonado
en este mundo de sainete?
abierto al olvido y al cuchillo del recuerdo
ensucio, lo ensucio todo con los dedos,
como el terrorista desnudo en su celda
hago un action painting de mierda
a la sombra,
a tu sombra, venus