AMANTE SIN DIOS
—a Teófila González,
mujer en guerra
caen mis ojos como la noche
y los destellos de mi vista endurecida
cortan los tallos de las rosas
cristales de recuerdos cada vez más lejanos
caídas flores de la melancolía
envuelven mi cuerpo de mujer,
pero no soy Ofelia,
yo escupí en la cara del fascismo
yo escupí en la cara de la iglesia
yo escupí en la cara del poder
y tengo las cartas de la memoria
guardadas en papel de golosinas
y no son dulces, son amargas
palabras del amado compañero, perdido
en la nada de la vergüenza
y vivo esta vida como si fuera cierta
el teatro cruel del Sísifo
o el mensaje inútil del rey,
soy mujer en este país de mala grey
y collares y cencerros y
fiestas de la democracia con sangría
llevo en los brazos las marcas de la ira
como cuentas de convicta en la pared
caen mis ojos cada noche
rayando el muro
y dos lunas negras me buscan en el espejo
del baño, vahído y húmedo
hacia abajo, la memoria,
hacia arriba, nada