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Advisory body

mujer desnuda abierta de piernas sentada sobre un lavabo público

ADVISORY BODY



en el espejo, en los pantanos,
en la ciencia primera en el barro,
en el sucio lavabo público
donde todos dejamos el alma y nadie nos ve,
la piel se desprendía
como escamas de un día aún no terminado
como velo de incienso de mis pecados
costra que ya no sangra y
aún cálida, enturbia el espejo
y la fotografía

elástico el pasado reaparece
Brigitte vahída y desintegrada
oliendo a descomposición, a ceniza,
he perdido las bragas, no sé dónde
y solo hay orden en las baldosas,
alicátame la media o, al menos,
dibuja una línea a mi alrededor,
una línea que me dé límite, que me centre,
que me nombre como angel caído,
un aporte desde el techo enmohecido
de este lavabo público
en transición

porque soy la redoma de tu sueño
una forma de vapor, una media suelta,
capa sobre capa de seda vuelta
sobre tu ojo
y mi cuerpo no se integra sin tu imaginación,
la ruta de los espejos es fría, eterna,
cuando el objeto quiere divagar
dibuja, por favor,
una línea con tu lengua en mi arrabal,
una línea que me invista
una línea que te enuncie
como agua de la concha del manantial
sagrado
de los deseos

–Tu veux voir mes guenilles?
Ya ves, soy DIOS.
1

1 Tu veux voir mes guenilles? disait-elle. ¿Quieres ver mis trapos?, dijo ella. (…) Ya ves, soy Dios. Palabras de Madame Edwarda en la novela de Georges Bataille que lleva su nombre por título. La protagonista le enseña la vulva al balbuceante protagonista en un bar.
Nada me hace pensar que lo esencial de este mundo sea la voluptuosidad. El hombre no se circunscribe al órgano del placer; pero este órgano inconfesable le enseña su secreto. Del prefacio de Madame Edwarda, de Georges Bataille.